Tuesday, August 23, 2022

 

<<Acceso>>


Sí.
A mí se me conquista
por la palabra y el gesto.
Incluso,
hay atajos que llegan hasta mí
por el silencio.
Y ahí estás tú.
Conmigo.




Teresa Iturriaga Osa



Saturday, July 16, 2022

 

EXPOSICIÓN Y ACTIVIDADES EN TORNO A 

LA OBRA ARTÍSTICA DE SIRA ASCANIO


Berbel, Juan Marqués, Teresa Iturriaga y la hermana de Sira Ascanio.

Sunday, March 20, 2022


Desasosiego




Esta ciudad con orgullo
se ha levantado con los tirantes
tan descolocados
que me colma de mimos, desnuda
su bandera pirata, botín,
veneno y velas
abiertas al mar.

Lo infranqueable se escabulle entre ladrillos,
azulejos rotos, ahumados,
fritos y refritos.

Las fachadas enrojecen de placer,
evocando un desasosiego
de dioses y medusas.

Es denso el olor del odre
viejo, portuario, capaz
de fundirse con el mosto de aceite y red
siempre oculto bajo la sal del suelo.
La vida marea el vientre añejo
de los hombres-pez,
ablanda el vuelo de las gaviotas.

Teresa Iturriaga Osa

(en Portoferraio, Isola d'Elba, Italia. Marzo 2022)


Wednesday, December 8, 2021

 

POESÍA, MÚSICA, DANZA...

O EL PODER DEL HARA


Para mí la danza es el arte de vivir en armonía con todas las facetas que nos componen, mente, corazón y cuerpo. La danza no se reduce a una técnica que mejora con esfuerzo el talento natural del individuo, su sentido es poner el alma en movimiento. El milagro de levantarse y andar. Un sabio dijo que, al danzar, no somos simple materia, sino “forma que se insinúa en ella como una onda”. Ciertamente, hoy en día, estas palabras suenan extrañas, no es fácil entender este lenguaje en un mundo tan comercial como el que vivimos. Respiramos cada vez más solos en medio de un páramo poblado de gentes ausentes de sí mismas y buscar el abrigo del alma nos obliga a volvernos un poco niños, un poco locos... Pero el arte nos hace libres. Bailar, bailar, bailar. Y cuando se encuentran en esa dimensión, la danza y la escritura se reconocen en un mismo soplo y en una misma caligrafía. Recuerdo que hace unos años, conocí a la escritora Soledad Puértolas en su librería-café de la calle Apodaca en Madrid y le expliqué estos sentires. Me había llevado hasta allí su hermana Ana, la gran pionera del periodismo de viajes en España; y, claro, me invitó al rioja que fue el culpable de mi desvarío de aquella tarde de invierno. Entre otras cosas, le conté que acababa de hacer un curso de danza del vientre en Lisboa bajo la dirección de Claudia Cenci, una belleza de mujer. Se interesó por sus clases en la capital. Al punto, yo me levanté de la silla muy inspirada y, sin pensarlo dos veces, le tracé un arabesco: “es así de fácil, las dos plantas apoyadas, las rodillas un poco flexionadas y la cadera que va siguiendo el dibujo de un ocho en el suelo, ¿lo ves? Tan sencillo como esto... y escribir, bueno, ¿no es eso mismo?, ¿no hay que bordear con el poder del hara suavemente el infinito?”. Inténtenlo.


Teresa Iturriaga Osa


Thursday, December 2, 2021



VESTIDA DE ORIENTE
(a mi hija Maite, en Barcelona)

El sol traspasaba la copa de vino mientras su mirada paseaba por el jardín. Llevaba puesto el colgante que años antes había comprado en el Gran Bazar de Estambul. Una piedra semipreciosa de calcedonia azul con poderes sobrenaturales irradiaba sus pasos de bailarina, tejiéndole un disfraz tallado de hiedra en razón de su forma, cuerpo de incienso y luz trepadora. En el ribete de su falda, un corro de madroños giraba y giraba... ajeno al ruido de los coches. Dos patios de naranjos le crecían por las manos como el cristal, avanzando dormidos hacia el borde del sueño. Uno, dos y tres. Toques de magia. Con la ligereza de un gas, se guardaba la vida en su boca, sabor a tulipán.

2/12/2021


Fotos/ Maite Del Río


VENENO DE TÓRTOLA
Siguiendo los pasos de Tórtola Valencia, me invade una gran emoción al entrar en el portal de su casa en Sarriá, un templo de misterio...

(...) Entraron los meses del frío. Con los años, Ángeles se había recuperado de su grave enfermedad desde que la bailarina hiciera la promesa de retirarse de los escenarios si la joven sanaba. Paradojas del destino: la más débil se adaptó al clima húmedo de Barcelona, pero ese invierno Tórtola enfermó de pulmonía. Día y noche, Ángeles la cuidó con fervor hasta el día en que murió en sus brazos a causa de una insuficiencia cardíaca, un fatídico 13 de febrero de 1955.

         Aquella mañana, la tristeza cubrió el cielo y un coro de gaviotas cantó su retirada. La tormenta, finalmente, rompió aguas sobre la Ciudad Condal. Esta vez no pasaría de largo buscando otros nidos. Llovía el silencio más herido. Un golpe brutal. En el 232 de la calle Major de Sarriá, las contraventanas se cerraron a cal y canto con el murmullo de las tórtolas. Se apagaron las risas de los niños en la plaza. Al cementerio de Poble Nou solo acudieron sus familiares y amigos más cercanos. Poco más se supo de Ángeles. Algunas gentes del lugar vieron salir de la casa a una mujer cubierta con un manto púrpura y la mirada perdida. Olvidar, caminar y no mirar atrás fue para su heredera la única forma de seguir arrastrando los pies... Pasar página y desaparecer. ¿Pero cómo respirar sin ella y arreglarse para el festín del día a día? ¿Cómo recobrar la ilusión de la tarde, cuando leían Las mil y una noches entre sábanas, enroscadas hasta el amanecer? ¿Cómo hacer que el duende llegara otra vez al tálamo de orgasmos de su vida? Nada más difícil.

<<Veneno de Tórtola>> de Teresa Iturriaga Osa (fragmento del relato).

<<Arden las zarzas>>. Relatos. Ed. La Vocal de Lis, Barcelona, 2021.

Fotos/ Maite Del Río



Thursday, November 4, 2021


GRITO

    Se suceden los minutos de silencio y las muestras de repulsa por el terrible asesinato del niño de 9 años en Lardero y la violación de la joven en Igualada. Una madre pide ayuda para localizar a los agresores de su hija de 16 años ingresada en la UCI mientras entierran a un inocente. Llueve un silencio gris por las víctimas. Dolor. Impotencia. Rabia a bocajarro. Las madres de Lardero llevaban meses denunciando a la policía que el sospechoso había intentado engañar con sus trampas a varios niños y niñas. Sin embargo, no fueron escuchadas. Álex jugaba disfrazado con sus amigos en el parque cuando fue secuestrado. La menor fue violada en la madrugada del pasado lunes cuando se dirigía a la estación de tren tras salir de una discoteca de Igualada.

El miedo recorre nuestras casas. Basta ya. El campo de la psicología clínica, forense y judicial no puede justificar el relajamiento de las medidas de prevención de la reincidencia sexual en ciertos individuos; por el contrario, debe comprender la peligrosidad de su carácter patológico asesino. Ante una enfermedad mental, solo cabe el control psiquiátrico y policial. La ciudadanía exige firmeza en el cumplimiento de los protocolos para prevenir delitos. Es un derecho.

Con la vida, he ido aprendiendo que la bondad no surge de forma innata en el ser humano, la bondad es una conquista. Y esa batalla contra la bestia se libra en el interior de una madre cuando desenvaina su espada y grita, grita su ira, pero no decapita al agresor. La justicia y la cárcel deben hacer el resto.

Teresa Iturriaga Osa