Friday, January 3, 2025

 

<<El curso torcido de una ceiba>>

 

 

                       Meandro verde, asciendes sorteando

las curvas de tus cicatrices al borde del mar.

Estás plantado ahí, en un enroque largo, tan ufano…

y, aunque mires y remires esa Luna,

no me busques en ella.

 

         Sabes que mi pie encaja perfectamente

en el zapatito de cristal,

que la corona me sienta de maravilla.

Y claro que me gusta tu castillo entre manglares

¿cómo no?, pero no pude y no podré ir

                         si no bajas la guardia del ego herido.

 

Mis sentimientos son buenos, cada día rezo por ti.

                                      Lo haré hasta que te mueras.

                    Aún más allá del cuerpo,

                                           te envolveré en mil colores,

                     isótopos estables con mis cantos.

¿Qué más debo decir para escuchar tu voz?



Vidrio perla, poemas.

Teresa Iturriaga Osa

 

 

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