Friday, June 4, 2021

 

Fuego de lirios



Cuando aparece el amor

único entre las gentes,

las ventanas se vuelven atrás

para no dejar pasar el ruido.

Tiene enseñadas a las cortinas

a abrirse y a cerrarse 

con una simple palmada

pero no se lo dirá a nadie.

Ellas saben que al llegar a sus brazos

a la casa se le saltan los fusibles por los ojos

y no pueden parar de cantar.

 

 

Para colmo, no sólo resucitan los marcos, 

grifos, persianas

qué más quisieran ellas que parar el incendio,

sino también los lirios congelados

en las lindes de su jardín.

 

 

Se entiende que estén nerviosas

porque no están acostumbradas

a esa orquesta de caricias

que van y vienen

bailando

su por allí,

su por allá...

y su sígueme hasta aquí,

mordisco a mordisco,

pomo a pomo, 

untadas de besos.



Teresa Iturriaga Osa

 

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