Traducción de Daniel Rojas Pachas
Gottfried Benn
Morgue y otros poemas
Comentarios a la traducción de
Morgue y otros poemas
Por Daniel Rojas Pachas
Gottfried Benn (Mansfeld 1886 - Berlin1956) es sin duda uno de los escritores más importantes del siglo XXI, un extraordinario poeta y prosista, creador de ensayos de gran lucidez, y una de las voces alemanas decidoras y que marcan la avanzada del pensamiento y creación en nuestro tiempo. Un autor ineludible que hemos querido como editorial poner en contacto con el público, sin los odiosos filtros académicos y el oneroso costo de las librerías.
Como lector ha sido un enorme placer toparme con su trabajo y reconocer en la crudeza escatológica de este poemario, que tienes traducido desde el alemán debido a la labor de Cinosargo ediciones y quien suscribe, una inspiración constante para la sensibilidad y estética que nuestro catálogo editorial propone con cada libro que ponemos en circulación.
Benn ha tenido traducciones previas al español, no tantas como merece y el presente libro “Morgue y otros poemas” del año 1912, tiene quizá su versión más conocida en nuestra lengua de manos de Fondo Editorial Pequeña Venecia, 1991, gracias a Verónica Jaffé. Debo reconocer a esa versión el servir como primer paso de aproximación a la poética de Benn, sin embargo, como crítico receptor de una obra y a la vez autor con una aguda mirada, sentí tras numerosas revisiones, que dicho trabajo de traducción carecía de crudeza y precisión, hay poemas que pierden brío y en algunos casos, el tratar de ser políticamente correcto o demasiado literal, aleja a la traducción de lo que considero la intención de Benn al escribir piezas tan impactantes como “Apéndice” y “Sala de parturientas”, que revelan sin tapujos nuestras patologías y falta de idealismo; la carroña en que el cuerpo se convierte ante la falta de trascendencia de la llamada alma humana y paraíso perdido, disminuyendo así la potencia lírica de sus antecesores, una metafísica trasnochada y mirada burguesa plagada de lugares comunes aprovechada para expresar con redundancia la sensibilidad de los tiempos que se viven; esto Benn lo derruye con delicada precisión poética, sin descuidar el contraste de versos que confrontan la extrema violencia y degradación de vísceras ante una inusitada ternura.
El poema que abre el libro “Pequeña Áster”, está dedicado a una flor que recibe su nombre de las estrellas, esta flor que aparece adosada al cuerpo de un hombre ebrio que está siendo diseccionado, fulgura como protagonista del texto, no es sólo un objeto, al contrario encarna la vitalidad perdida y esa belleza objetiva y sensible que subyace ante lo que consideramos el horror de la muerte. La flor evidencia la perfecta y maravillosa biología que nos compone y cómo este organismo que muere, el hombre, renace al volver a la tierra de la cual surge y se nutre. Ese espíritu he querido conservar en el poema, esa sensibilidad es la que me motivó a revisar mi traducción una y otra vez, antes de llegar a una satisfactoria conclusión.
El segundo texto, “Bella juventud”, en que un cuerpo infantil es encontrado en estado de descomposición, yaciendo en una especie de pantano o pastizal abandonado, por motivos que no se explican al lector de modo explícito, cuenta la historia de una familia de ratas que crean su hábitat y recodo de seguridad en las vísceras roídas de la pequeña niña, una visión cruda para estómagos sensibles, pero que pensada desde la supervivencia animal, delata otro tipo de relaciones de fraternidad y cuidado que se dispensan estos carroñeros entre sí, acto carente de maniqueísmos y dicotomías morales como bueno y malo, siento que Benn quiere exponer esa otra belleza, la juventud de estas ratas que son sacrificadas por la torpe y brutal mano de los humanos que las ahogan, tan viles y obsesas, como el que causo la muerte de la niña anónima, cuya historia el lector debe completar externamente a lo representado en el poema.
“Ciclo” me parece un poema de transición pero es de aquellos en que Benn destila su humor negro, su ironía y futilidad del cuerpo, una vez extinta la vida por las causas más comunes y apócrifas; una prostituta sin identificar, cuyo cadáver cae en manos de un trabajador de la morgue que retira un objeto extraño y de valor de su cuerpo, una tapadura de oro por la cual quizá la prostituta trabajó mucho o que era motivo de su orgullo. El agente inescrupuloso decide no desperdiciar el objeto y lo empeña para ir a bailar, y sentencia además: “sólo tierra debe retornar a la tierra”. Benn aquí da cuenta de esa pasión inútil que somos, nuestra precariedad y a la vez también denuncia sin moralismos y tampoco asco, la frialdad de los que están a cargo de trabajar con los occisos, la desensibilización de médicos y especialistas que va in crescendo en los otros poemas del libro.
“La novia del negro” es un poema que destila erotismo y brutalidad, una especie de combinatoria explosiva de Eros y Thanatos en que la sensualidad arrebatadora de una mujer y las promesas angelicales de su cuerpo se dan de bruces con la violencia del hombre, el novio que juguetea con su cuerpo como un objeto, introduciendo sus extremidades mugrosas en las distintas cavidades de la difunta que yace en su sanguinolento lecho. Estamos ante un breve relato de necrofilia, pero que más allá del escándalo (noticias hay de la prohibición y censura que tuvo “Morgue y otros poemas” en su época) e incluso el tono racista que puede tomar el poema hoy en día, expone el ultraje de la carne, algo que luego veremos en la obra de Burroughs o en la cinematografía de Cronenberg sin tapujos, empero, pensemos que estamos a comienzos de siglo. De avanzada, el poema tiene además un tinte pulp, una femme fatale que encuentra su trágico destino y cuya belleza aunque muerta, sigue erotizando y bestializando al hombre, pues el vicio y la paridera no han dañado su esplendorosa carne.
“Réquiem”, “Pabellón de parturientas”, “Apéndice” y “Hombre y mujer atraviesan la barraca de los cancerosos”, son parte de esos poemas que destilan al máximo el grotesco y esperpento de los centros de salud, espacios de encierro que corresponden a la manifestación material de la dominación del individuo, sin entrar a las ideas de Foucault, podemos ver como los pacientes importan poco y son parte de un tráfico y manipulación insalubre e indignante. Estos lugares recrean la imagen infernal que todos tememos del encierro y la claustrofobia. El sanatorio o sala de experimentos en que una vida es tratada sólo como un vil pedazo de pellejo bajo el bisturí. Todo se resume en el siguiente verso del poema “El pabellón de las parturientas”:
En ningún otro sitio el sufrimiento y dolor
importa tan poco
porque aquí siempre grita algo
La muerte se pasea por estos rincones rechinando sus dientes y los doctores, a la luz de los versos de Benn, parecen más bien matasanos insensibles que gritan a las mujeres en labor:
"¡puja mujer! ¿Entiendes, puja?
No estás aquí por diversión.
No lo contengas!!! No alargues la cosa!!!
Puja incluso si te cagas encima.
No estás aquí para descansar.
Benn recolectó toda esta información de modo directo, es parte de su experiencia médica y sin duda de su labor en los campos de batalla durante la primera guerra mundial. Benn vivió un tiempo conflictivo, la guerra de trincheras y sus últimos días estuvieron cruzados por la presencia del imperio Nazi y luego la prohibición que sufrió de manos de los aliados, no pudiendo publicar sus obras. El horror de todo el periodo de entreguerras y la locura de nuestra especie se anidan en estas páginas que no son temblorosas, al contrario, son firmes y afiladas, capaces de imponer duros cortes a nuestra entereza y desnudarnos, una mirada profunda a la carne y sus reveses.
Por último, debo hacer mención a “Café nocturno”, uno de mis poemas favoritos del libro y que sin duda marca una vuelta de turca pues en éste, Benn personaliza a los sujetos por sus enfermedades cutáneas, virales y nos expone como entes contagiosos que se relacionan intercambiando no solo pláticas y miradas, sino flatulencias, excresencias, salivas y mucosas. Un poema lleno de sarpullido, malformaciones y viscosidades en una danza con Chopin de fondo; la cacería de todos los fines de semana, hombres acechando mujeres, mujeres en busca de un novio y todos en un baile patético que se resume en un tráfico de fluidos, otra manera del autor de reducirnos a plaquetas y grasa.
En cuanto a mi elección, que incluye además de los poemas originales del libro, tres textos extra: “Tren expreso”, “Tren subterráneo” y “Frente a un maizal”, debo reconocer mi interés por no dar fin al libro y al trabajo de traductor; lanzando así una promesa de nuevos poemas de Benn u otros autores de su talla por comunicar en nuestra lengua al lector y también, incubo en este acto arbitrario, el crear un contraste que rompa los prejuicios de miopes que pretenden restar valor a la capacidad creativa y percepción de la belleza edificada por este gran escritor, pues Benn no utiliza la escatología como un recurso estéril, al contrario, cada una de sus obras dan cuenta de su visión de mundo, D-Zug y untergrundbahn, en el contraste viaje material y viaje metafórico hacia lo oscuro del deseo; esgrimen lo que Martin Travers indica en “The poetry of Gottfried Benn: text and selfhood”, estamos ante exuberantes himnos dedicados a las energías amorales y la liberación de los instintos, vemos en ese grado la agónica lucha entre la racionalidad y las fuerzas primales de la vida, un discurso reflexivo y la búsqueda de identidad personal. Con humildad y admiración inmensa ante el genio creativo de Gottfried Benn, espero contribuir a que no se diga que su poesía es sólo carne, rabia y letras atropellándose.
Arica
Desierto de Chile, 2012.
Morgue y otros poemas
(1912)
KLEINE ASTER
Ein ersoffener Bierfahrer wurde auf den Tisch gestemmt.
Irgendeiner hatte ihm eine dunkelhellila Aster
zwischen die Zähne geklemmt.
Als ich von der Brust aus
unter der Haut
mit einem langen Messer
Zunge und Gaumen herausschnitt,
muß ich sie angestoßen haben, denn sie glitt
in das nebenliegende Gehirn.
Ich packte sie ihm in die Brusthöhle
zwischen die Holzwolle.
als man zunähte.
Trinke dich satt in deiner Vase!
Ruhe sanft,
kleine Aster!
PEQUEÑA ÁSTER
Un repartidor de cerveza ahogado
fue puesto sobre la camilla.
Alguien había clavado un áster lilaclaroscuro
entre sus dientes.
Al atravesar el pecho
bajo la piel
con un largo cuchillo
a fin de cortar su lengua y paladar,
he debido chocar con la flor pues se deslizó
hacia el cerebro reposando al costado.
La coloqué dentro del tórax
junto al aserrín
mientras lo cosíamos.
Bebe hasta la saciedad en tu florero!!!
Descansa en paz,
pequeña áster.
(cont.)
Contacto Editorial: carrollera@hotmail.com
Web: www.cinosargo.com
Contacto autor: carrollera@hotmail.com
Web: www.danielrojaspachas.blogspot.com
Primera edición impresa – San Marcos de Arica 2012
Imagen de portada: Painting -1946 © Francis Bacon
ISBN: 978-956-345-973-9
Edición impresa: 500 ejemplares.
Gottfried Benn Morgue y otros poemas
Traducción © Daniel Rojas Pachas
Colección Pink Cigarette.
Si algún traductor/a puede realizar una crítica literaria del poemario, sería maravilloso. Dicen que la lengua alemana está hecha a medida para el pensamiento filosófico, ¿y para la emoción poética?
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