Saturday, June 3, 2017


El poder femenino de las esencias florales

de Pino González
 

 

Entrevista realizada por Teresa Iturriaga Osa


Son esencias que no te dan mucha removida y pasas a ese estado de conciencia de una manera fácil, sin apenas darte cuenta. De hecho, yo he notado, sobre todo, en las mujeres, que las esencias las vuelven más hermosas, más bellas. Sale una luz interna, sale una chispa en la mirada... Realmente, la mujer se va transformando en la diosa que es.”



- Buenos días, Pino, me gustaría que nos presentaras tus esencias: las “Esencias Florales de la Atlántida” y las “Esencias Florales de las Diosas Mitológicas”. ¿Cómo las elaboraste? Háblanos de sus propiedades y de tu investigación sobre las plantas de Gran Canaria.

- Mi investigación con las flores de la Atlántida empezó ya hace unos diez o doce años, pero yo no me levanté una mañana y dije: “Bueno, voy a crear un sistema floral para que haya uno más en el mercado...”. Esto fue como utilizar una sensibilidad que yo tengo en las manos y, cuando yo toco algo, siento la energía.

- ¿Como ocurre en la radiestesia?

- Algo así, sé que hay un nombre para esto, no recuerdo ahora cómo se denomina, pero, en definitiva, es la sensación de captar todo con las manos. Entonces, bueno, yo me fui al campo, al Roque Nublo, y empecé a sentir las flores. Digo: “¿A ver qué siento con estas flores?, ¿a ver qué me transmiten?”; y yo me sorprendí, porque, además, me vino información. Fue como una voz interna que me iba diciendo las propiedades, y tal como te lo estoy diciendo a ti, me decía: “Cuando hagas la esencia, va a curar tal aspecto, va a sanar tal situación emocional, o te va a cambiar ese patrón que no te sirve, etc.”. Cuando yo oí una cosa así, me dije: “¿De dónde viene esto?”; porque no sólo era la sensación física, como siempre me pasaba, sino la información con la voz interna. Ahí yo sentí que estaba conectando con algo que no salía de mi imaginación, y empecé a escribir todo eso cuando yo salía de ese trance en el que me iba hacia dentro, como en una meditación. En realidad, estas flores no estaban investigadas a nivel de esencias florales – y aún no se conocen ni se valoran sus propiedades de sanación- y, tras unos años de experimentación, yo he podido comprobar su fuerza y su poder para trasmutar aspectos y situaciones que no se lograban resolver por otros medios. Mis propios pacientes me animaron a sacarlas a la luz después de haber experimentado sus beneficiosos efectos, para que más personas puedan disfrutar de sus propiedades curativas. Creo que lo más importante es descubrir el amor que todos tenemos dentro y las esencias florales son uno de los caminos para llegar a ello.

- ¿Y qué tipos de plantas recolectaste en el Roque Nublo?

- Mira, la más conocida es el tomillo, pero no actúa igual que una infusión o cuando pones el tomillo en la comida, porque como esencia floral tiene otras propiedades, otras virtudes, ya que trabaja más a nivel emocional. A veces, la gente se confunde con eso y dice: “bueno, el tomillo sirve para esto...”; pero no tiene nada que ver con las propiedades de las esencias.

- Cuando tú las elaboraste, ¿las experimentaste primero en ti misma?

- Pues... lo primero fue en mí, claro. Tenía que saber si funcionaban realmente y comprobar si lo que yo estaba recibiendo era verdad, porque yo soy también como muy pragmática y tengo que experimentar las cosas, ¿no? Entonces, es un poco trabajar con esa información que viene de arriba y transmitirla, materializarla y, además, probarla. En mí están esas dos facetas: la realista y la espiritual o canalizadora. También hay otras plantas conocidas como la morgallana, que cura y limpia las viejas heridas físicas o emocionales difíciles de superar y, luego, cicatrizan. Está también el guaydil, la cañaheja, la zarzamora, la gualda, el trébol estrellado, la retama amarilla, el tajinaste, el alhelí, etc. En fin, hay mucha gente que no las conoce, pero sus efectos de esencia floral son bastante poderosas. Sin embargo, yo no hice todas las que se me cruzaban en el camino, sino las que yo iba testando y me salían que eran positivas, poderosas, sanadoras.

- ¿Tú utilizabas el péndulo para saberlo?

- Sí, para confirmar que era una buena esencia, porque tú puedes hacer cuatrocientas esencias florales y resulta que buenas, buenas, son 15 ó 20. A mí no me interesaba cargarme de esencias que no fuesen potentes.

- Y háblanos ahora de las Esencias Florales de las Diosas Mitológicas, ¿Qué diferencia tienen con las de la Atlántida?, ¿inciden más en la mujer?

- En la parte de femenina, pero del hombre también. Todas tenemos una diosa interna y se trata de conectar con esa diosa que hay en cada mujer y poder transmitirla y utilizarla con todos sus poderes y con todos sus dones. Entonces, cada mujer está activada por una diosa, pero a veces hay que activar otros aspectos de otras diosas mitológicas que no han muerto, que están ahí en otro plano. Simplemente, yo pienso que es el momento en que ellas retornan con toda su fuerza y todo su poder para ayudar en este momento de tránsito. Ha llegado el tiempo en que la mujer tiene que conectar con su poder interno y el hombre también con sus masculinidad, con su fuerza interna.

- Y, cuando hablamos de diosas mitológicas, ¿te refieres a las diosas de la mitología griega y romana o incluyes diosas de otras mitologías?

- Sí, hay dos que son griegas, Artemisa y Afrodita, que son las más conocidas, pero también hay otras como, por ejemplo, Hatsheput.

- ¿De qué cultura proviene Hatsheput?

- Ésta sería egipcia. En total, hice dos griegas y ocho egipcias, porque ésas son las menos conocidas, pero tienen mucha fuerza. De hecho, cuando yo estuve en Egipto, antes de hacer las esencias, me llevaron un poco a escondidas al templo de Sekhmet, porque no todo el mundo no tiene acceso a ese lugar. No se puede ir allí. De alguna manera, ya me estaban abriendo el camino o me estaban dando señales de que mi recorrido era ir por allí, a hacer unas esencias de este tipo.

- Por ejemplo, veo en este pequeño dossier que mencionas a la diosa Bast, luchadora y guerrera... entonces, te pregunto si esta esencia es apropiada para una mujer que quizá no se atreve a desarrollar su poder de decisión, su capacidad de fijar límites por sí misma, de decir “no”, de escoger entre “esto quiero” y “esto no quiero”...

- Claro, porque es la diosa que se manifiesta como un felino. Es una felina. Entonces, va muy bien para cuando hay mucha agresividad o ira que no ha salido en una mujer porque tiene miedo de ese poder y, en consecuencia, lo reprime y no saca ni la agresividad positiva. Así se libera toda la energía que puede estar estancada ahí para que circule libremente y, si tiene que decir algo, lo diga sin ningún reparo, ponga a todo el mundo en su sitio y diga lo que nunca ha podido decir. Son poderosas, pero nunca te sacan una parte destructiva con la que puedas dañar, sino que te ponen en tu sitio con todo tu poder.

- También me llama mucho la atención la esencia de la diosa Mut, que es aconsejable para situaciones límite, como tú dices, “cuando alguien está a punto de tirar la toalla y no puede más”. ¿No crees que la deberíamos tomar todos de vez en cuando?

- Sí. En momentos así, cuando uno no puede más, porque la vida le ha puesto en una situación muy difícil de sobrellevar. A veces es el destino de cada uno y es muy duro no saber cómo afrontarlo, ¿no? Cuando tomas esta esencia es como que te enfrentas a una muerte simbólica, o sea, dejas morir esa parte tuya que no es capaz de trascender los obstáculos y, entonces, renace una fuerza, un poder que creías que no tenías. Es como renacer de nuevo.

- Esto me recuerda el mito del viejo fénix. Su cadáver fue quemado solemnemente en Egipto y, después, el joven fénix reemprendió el vuelo hacia Etiopía, donde vivió alimentándose de “gotas de incienso” hasta el final de su existencia.

- Sí, porque desde ahí enfrentas la vida de otra manera, como un ser que renace, con otra actitud más positiva y valiente, con otra sensación de destino, de propósito. Por más que te cueste, por más que te canse, sabes que es eso lo que tienes que hacer. Dejas atrás posturas derrotistas, victimistas. Además, son esencias que no te dan mucha removida y pasas a ese estado de conciencia de una manera fácil, sin apenas darte cuenta. De hecho, yo he notado, sobre todo, en las mujeres, que las esencias las vuelven más hermosas, más bellas. Sale una luz interna, sale una chispa en la mirada... Realmente, la mujer se va transformando en la diosa que es. Todas me dicen lo mismo: “La gente me ve muy distinta, que si me he cortado el pelo... que si me he hecho algo...”; simplemente son sus atributos internos que están aflorando. Es una luz que libera.

- Tú conoces bien Méjico y los países sudamericanos, por eso me gustaría preguntarte cómo te parece que acepta la mujer en Canarias su femineidad en este contexto social. Tú hablas en este texto de los patrones dominantes del patriarcado y, se supone que aquí, por su situación geográfica, la mujer debería manejar muy bien la seducción y el erotismo, bien por el clima o incluso por su cercanía con otras culturas que desarrollan más ese aspecto. Sin embargo, en Canarias, con el tiempo han prevalecido los patrones morales más rígidos del sistema occidental. ¿Cómo lo ves tú?

- Hay todavía mucha sumisión y, a veces, ahí intento dar un toque de despertar a las personas que se van cruzando en mi camino, porque también ése es un poco mi camino, ya que yo estoy activada por Artemisa. A esta diosa le importan mucho las mujeres y hace cosas para ellas, principalmente. Pero eso no quiere decir que los hombres no se beneficien de ello, los hombres se vuelven locos con las esencias de las diosas.

- ¿Ellos también las pueden tomar?

- Sí, sí, sí, perfectamente. Lo que pasa es que a mí, cuando me vino la información, principalmente se refería a la energía femenina. A veces, los hombres, cuando leen este dossier, se ponen un poco celosos, pero es que el 80% de las personas que acuden a hacer un trabajo de crecimiento personal son mujeres y los hombres están un poco ahí... que todavía no se animan. Entonces, a través de la mujer, de sus hermanas, de sus parejas, quizás el hombre empieza a dar los pasos y eso es más fácil para ellos que acudir a un terapeuta o a una sanadora por sí mismos. Y volviendo a lo de antes, yo sí que veo aún bastante sumisión en la mujer. Y en Méjico también. En Méjico, es mucho mayor que aquí. De hecho, cuando llevo estas esencias allí, es una revolución en las mujeres.

- Claro, allí el machismo es un valor de la cultura.

- Sí, mucho más que aquí.

- En todos esos países, Méjico, Colombia, Ecuador... hay un antes y un después del matrimonio. Cuando se entra en ese estatus, ya se pierde la condición de mujer. Tus armas de seducción, el erotismo, el juego, todo lo que significa el poder de la vida, te lo castra el sistema social. Y no hablemos ya del poder religioso en todo esto. Una espiritualidad sin imaginación, sin fantasías, controlada. ¿No es así?

- Sí, por eso, dondequiera que llegan estas flores son muy revolucionarias. Entonces, para mí es importantísimo trabajar este aspecto de la sensualidad con las esencias de las diosas. Es un despertar, porque no se trata de que nosotras no podamos, es que hemos recibido una educación con unos patrones y formas de pensamiento en los que nos hemos creído que eso es así. Y no. Tenemos que conquistar esa parte de amante perdida o castrada, porque en su momento se separó a la Virgen de la prostituta.

- Claro, nuestra cultura siempre ha desarrollado esa imagen de dualidad irreconciliable en la que una mujer tiene que decidir entre ser una mujer-monstruo o un ángel del hogar.

- Sí, por eso, cuando entra la diosa en ti, sale una seducción y resplandece la belleza en tu cuerpo, en tu piel, en todo, porque conectas con esa parte perdida. Y cuando la mujer se vuelve seductora, y eso no quiere decir que vayas por ahí seduciendo, es simplemente tu imagen, que ya es la de una mujer madura, entera y con todo su potencial femenino.

- Eso puede sonar peligroso...

- No, no es peligroso, para nada. No. Ésa es la idea que se tiene de la sensualidad por el miedo que tenemos metido, pero fíjate, cuando una mujer va por la vida realmente con toda su presencia y toda su pasión y toda su sensualidad... o sea, el hombre, o lo derrites, o lo calmas, o lo apaciguas y ahí se acaba su tiranía con la mujer. La energía femenina es una fuerza tan poderosa que el hombre siempre le ha tenido miedo, no sabe cómo dominarla y por eso la ha castrado, porque ante eso no puede hacer nada. Pero, en el fondo, ellos se han perdido mucho con eso, se han perdido muchísimo, porque no conocen lo que es una mujer entera, realmente, una mujer cien por cien. Cuando los hombres entran en contacto con la diosa, es increíble lo que reciben, lo que les complementa y lo que les hace madurar y conectar con la divinidad. Se transforman. Se acaba ya su faceta de “ven aquí que soy el macho”.

- Hombre... descansarán un poquito también, ¿no? Tiene que ser agotador ese trabajo...

- Ellos se han adjudicado un rol que al final les agota, porque, claro, se están perdiendo parte de su esencia también. Si la evolución tiene que ser conjunta y no permiten evolucionar a la mujer, entonces, no evolucionan ellos tampoco, porque evolucionamos como especie humana. Incluso, el hecho de hacer el amor, no es lo mismo hacer el amor con una mujer que no ha conectado con esa esencia que con otra mujer que tiene toda esa pasión despierta. Cuando el hombre conecta con eso, es impresionante todo lo que saca de sí, todo lo que vive, todo lo que disfruta, todo lo que cambia su vida. Pero hasta aquí, ha sido la cultura, la Iglesia castradora.

- De ahí esa doble moral que hoy se vive. Han tenido que ir a buscar esa pasión, como tú dices, en la prostituta, pero conciliar esos dos mundos...

- Les causa una escisión mental impresionante cuando se casan con la mujer buenecita, la Virgen, pero no pueden dejar de buscar a la otra. Esta escisión puede llegar a producirles una enfermedad realmente grave. La mujer, por su parte, por apaciguar ese tema, por no despertar problemas o por equis situaciones, ha mantenido esa parte de sí misma escondida. Pero cuando una mujer no crece, no evoluciona con todo su potencial, empieza a tener cáncer, problemas serios, enfermedades terminales...

- Y sobre todo, tristeza, ¿verdad?

- Exactamente. Cuando en una relación, un hombre o una mujer no crece, muere.

- Van muriendo lentamente.

- Claro. Si no te decides a separarte de una relación, o a crecer y sacar todo el potencial sin miedo, pues, entonces, es que mueres. O sea, cuando algo no crece, muere. Y por eso creo que hoy hay tantas enfermedades, porque tenemos que crecer y evolucionar. En estos momentos, hay energías muy poderosas que están ayudando a esta evolución. Si nosotros no hacemos caso de ellas y cerramos las puertas y no queremos dar los pasos, pues... una forma de morir civilizada y aceptada es una forma de enfermedad. Eso está más aceptado socialmente que quitarte la vida, pero...

- Es un suicidio.

- ¡Es un suicidio! Hay muchas enfermedades que son psicosomáticas, yo diría que casi todas. Ahora yo creo que es la hora del despertar de la mujer y del hombre, y es el retorno de las diosas. Esto no lo inventé yo, realmente, es algo que me salió en un sueño muy lúcido hace cuatro años, en el que se me iba diciendo cuál era mi misión. Después de diez años de estar con las Esencias Florales de la Atlántida, fue como un segundo parto, una segunda creación, donde se me mostró a través de la meditación y la canalización todo el material y el camino para elaborar estas Esencias de las Diosas Mitológicas. Pero aún no era el momento, me tenía que preparar para el presente que hoy vivimos, un mejor momento para su retorno, en que la sociedad está más abierta para aceptar este resurgimiento de la mujer y el patriarcado no está tan fuerte como en otras épocas. Ahora la mujer está levantando el vuelo. Ahora es el momento.

- Bien. Pues como dices que no tienen ningún efecto nocivo y que ayudan a evolucionar, me parece que las voy a probar pronto... Además, siempre que quiera puedo conseguirlas en la Librería Tao (C/ Doctor Juan de Padilla, 19 / tf. 928362464). Un beso, Pino, y muchísimas gracias por ayudar a volar a todas las aves del mundo. De verdad.
 

 

(Pino González nació en Telde y es terapeuta floral desde 1990. Estudió naturopatía en Heilpraktiker y se especializó en Chile. Tiene una amplia experiencia sanitaria en homeopatía, cromoterapia, terapia regresiva, cuidados paliativos de enfermos terminales y en trastornos psicológicos. Colabora en las revistas “Vital” y “Cuerpo y mente”, así como en varios programas de radio, imparte talleres por todo el país y su actividad profesional se reparte entre Gran Canaria y Barcelona. Para contactar en su página web: www.esencias.com.es / e-mail: esenci@latinmail.com)

 

No comments:

Post a Comment