Mutaciones
Ha llovido mucho y recojo los sarmientos de la
tierra
que se orea a ritmo de latidos.
que se orea a ritmo de latidos.
Ya no me salen las cuentas del
campo, habría que podar este invierno del que nadie se cree la floración de las
semillas.
Yo me resisto y exploro sus
contornos con asombro de niña, sin plancharme las arrugas.
Una videncia hecha de mil colores
me anuncia que las yemas no están lejos y que sabremos esperar el tiempo de la
hierba.
Sencillamente.
Una tranquila perseverancia trae
ventura.
Palabra de I Ching.
Teresa Iturriaga Osa
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