Saturday, May 21, 2011

Poetas por el 15-M, la esperanza de un mundo mejor

Poema dedicado a la gente que lucha por la utopía necesaria

Por Teresa Iturriaga Osa





DOS SEGUNDOS DE COMPASIÓN



Cuando el extraño

se volvió hacia mí,

aparté la mirada de los libros

y relaté en voz alta mi vida toda…

Dos segundos de compasión.

Y él siguió allí

escuchando mi vacío.

Me uní a las golondrinas

que calman la tos, descargué la soledad

en las palmas abiertas de sus ojos,

vertí en su bandeja el moho

de mis siglos de andadura.

Y comprobé, peregrino,

que las luces

nunca se apagan solas.



Hay un faro en cada isla…

proyecta su foco

a la vida más indigna,

la esclarece, la soporta, intenta dirigirla

hasta la gran final.

A veces,

ciertos bichos viven mucho, se instalan

sobre un hombro azocados por el miedo,

dilaceran las carnes hasta el hueso,

pero un día llegan las mariposas,

llegan, llegan a la orilla de un escalofrío,

sólo hay que saber esperar.



Sucedió así que yo me perdí

sin darme cuenta,

silbó un tren y pensé que era un piropo,

giró mi cabeza como una loca veleta

y el arcén se me llenó de gente.

Iban hacia el valle

donde no existe la muerte ni el ayuno.

Me invitaron a subir.

A mi lado, una mujer amamantaba

a la más temprana y pequeña de todas las almendras,

el padre ahuyentaba a las avispas.

Viajaban lejos del olor que se desprende

de los bloques de cemento.

Cuando el extraño

se volvió hacia mí,

llegué a las fuentes del oasis que sólo ellos conocen…

el camino entre las dunas,

escrito con tinta indeleble

en su piel de pájaro,

nómada del desierto.


***

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