Los ojos
niños
Es vértigo y pálpito en la copa,
es mirada, requiebro
que invita a beberse
el Nilo Blanco y el
Nilo Azul,
el viento propicio de
Horus.
[¿Cómo tocarlo sin
mancharlo?
Ahora baila de cara.]
Sucede de repente.
La melaza bajo arresto
aprovecha la guarida
de un semáforo,
el asedio de las máquinas,
las horas de insomnio
en una playa...
[¿Alguien sabe con qué
arenas crece el pulso?
La risa cierra las
grietas.]
Orgullosa de su sal,
su escaparate
transparente
nos deja ver la luz de
cuerpo entero.
Quietos, ahogamos el
murmullo
al mirarnos cómplices
en cada gota, espejo.
[Por fin dejamos de ser islas.
No nos queda más
remedio.]
Y al hacernos archipiélagos,
cae un barranco de
aguas abiertas
ahuyentando la sequía.
Por eso los ancianos
nos enseñan
que los ojos siempre
son niños.
Teresa Iturriaga Osa
Poema del libro DeLirium, Ed. La vocal de Lis, Barcelona.
***
No comments:
Post a Comment