Thursday, December 2, 2021



VESTIDA DE ORIENTE
(a mi hija Maite, en Barcelona)

El sol traspasaba la copa de vino mientras su mirada paseaba por el jardín. Llevaba puesto el colgante que años antes había comprado en el Gran Bazar de Estambul. Una piedra semipreciosa de calcedonia azul con poderes sobrenaturales irradiaba sus pasos de bailarina, tejiéndole un disfraz tallado de hiedra en razón de su forma, cuerpo de incienso y luz trepadora. En el ribete de su falda, un corro de madroños giraba y giraba... ajeno al ruido de los coches. Dos patios de naranjos le crecían por las manos como el cristal, avanzando dormidos hacia el borde del sueño. Uno, dos y tres. Toques de magia. Con la ligereza de un gas, se guardaba la vida en su boca, sabor a tulipán.

2/12/2021


Fotos/ Maite Del Río

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